Marnatón Cadaqués 2013

Este fin de semana tuve la oportunidad de participar en una de las pruebas que hace un par de años tenía en mente pero que veía muy, pero que muy lejanas...la Marnatón de Cadaqués. 6.500 m en uno de los paraísos de la Tierra. Siempre se celebra a principios de Septiembre, y lo que hayas podido nadar en verano es clave para poderla disfrutar. Este año mis vacaciones han sido más bien de secano, pero desde la última semana de Julio en que me inscribí, digamos que he ido buscando cualquier charco de agua para hacer alguna brazada.

Imagen del recorrido

Al final el pasado sábado llegó el gran día. Madrugón a las 5:00 de la mañana para salir de Sant Feliu de Guíxols dirección Cadaqués. A las 7:30 llegaba al pueblo, pocos minutos después de los primeros rayos de Sol. Desde el aparcamiento fui a buscar la zona de recogida de dorsales, y durante el trayecto ya fui viendo el buen ambiente que se respiraba. A esa hora, todo el que estaba levantado, o iba a nadar, o iba a animar, o iba a coger uno de los cayaks de soporte.

Con cara de sueño recogiendo el dorsal

A las 8:00 traslado en autocar hacia la cala Jugadora, al pie del faro del Cap de Creus, donde antes estaba el faro que sirvió de escenario para rodar la película "El faro del fin del mundo" de Julio Verne. Un sitio que es una pasada vaya...

Cala Jugadora antes de meterse en el agua

En el trayecto coincidí con un australiano, y durante más de media hora hicimos repaso de travesías, familia y crisis. A las 9:30 ya estaba en el agua nadando hacia la cala, con un agua transparente totalmente plana y un sol radiante. Iba a ser un gran día. Eramos unos 600 inscritos, y hasta las 10:00, cuando iban a dar la salida, todos nos fuimos situando en la zona cercana a las boyas.

Momentos de la salida

A las 10:00 aplausos para los cayakistas de apoyo, nervios de la salida, y bocinazo... allá iba!! La salida, a pesar de los que éramos, fue perfecta, fui buscando pasillo y al poco rato ya nadaba con un grupo más o menos a ritmo. Ni un solo golpe. Increíble!!!

Nadando pegados a la costa

No tenía muy claro el recorrido, pero sí sabía que íbamos a ir bastante pegados a la costa, así que me quedé enganchado a ella. Rocas, peces, brazos y burbujas. El agua estaba increíble y me sentía muy bien. Pasado un rato miré el reloj para calcular tiempo y distancia (hasta que no me compre un reloj de estos con GPS como Dios manda digamos que voy con el método "ojuno"). Cagonlaleche!!! estaba a 0:00:00. Ni idea pues de cuánto me faltaba para la primera barca de avituallamiento. A partir de entonces fui levantando la cabeza para no pasarme la boya amarilla que la señalizaba. Comentar que cuando me pongo el traje de neopreno antes de la salida, siempre pido ayuda a alguien para acabar de subir la cremallera, que cuesta un huevo. Esta vez se lo pedí a una chica, por aquello que parecía responsable, y estuve acordándome de ella toda la travesía. El cómo te cierran el traje para mí es fundamental, todavía me acuerdo de la travesía de Roda de Bará que acabé con el cuello en carne viva... A raíz de eso nado con una camiseta de cuello alto debajo, que me proteje de la rozadura del traje con el cuello cuando giro la cabeza para respirar. Lo que no protege es la nuca, sobre todo si te han cerrado mal el traje y levantas la cabeza mil veces para buscar la barca de avituallamiento. Desde que me di cuenta que el crono estaba parado y lo puse en marcha hasta que llegué a la barca, pasaron unos 15 minutos, suficientes para darme cuenta que iba a notarme el cogote el resto de la carrera. Cuando llegué a la barca lo primero que pedí fui vaselina! Nada, que no tenían, así que como siempre plátano, Acuarius y a nadar, con mi cogote y mi recuerdo de aquella chati que parecía responsable.

Vaselina por favor!!

Encontré un buen método para no tener que orientarme tanto. Como vi que iba más o menos a ritmo en un grupo decidí ponerme a rebufo, engancharme a los pies del de al lado y dejar que hiciera de guía. Estuve así un buen rato, pero el ver sólo burbujas me acabó agobiando. Prefería disfrutar del paisaje aunque fuera dejándome la nuca. Lo que sí noté es que el ir a rebufo, si no te importa ver nada, reduce notablemente el esfuerzo.

En mi repaso mental del recorrido no se contemplaba entrar en Port Lligat. Algo debió cambiar la organización porque al final entramos, bordeando por el interior la isla. Sin duda el mejor tramo de la travesía. Íbamos nadando agrupados, pero en una zona que tenía menos de un metro de profundidad, y que en tramos tocabas el fondo con la mano. El agua estaba clarísima y plana, y la sensación de deslizar era increible. Un buen rato nadamos así, no sé cuantos metros, pero los disfruté muchísimo.

El paso por Port Lligat

Al dejar Port Lligat encontrábamos la segunda barca de avituallamiento (km 4). Esta vez me tiré directamente al plàtano, y así me evité que me miraran con cara rara por lo de la baselina. Pasado un tramo rocoso de unos 1000 m encarábamos la bahía de Cadaqués. Empezaba a notar en mi hombro izquierdo el cansancio, por no decir cómo tenía el cogote. Quizás fue este el tramo que se me hizo más largo. Había mucha barca fondeada, por lo que continuamente tenía que levantar la cabeza. Lo mejor fue el público. Desde que tomé la dirección a la llegada no paraba de ver gente animando en las rocas, barcas y en las casas. Vaya pasada!!! Debían faltar unos 700 m cuando busqué unos pies como un desesperado. Si eso suponía no levantar la cabeza y nadar ligerillo había que encontralos. En unos segundos nadaba pegado a un par de pies del 44, casi tocándolos con las manos. Estaba llegando.

Pasada 1 hora y 41 minutos llegaba a la meta, en la posición 143 de un total de 596, muy satisfecho y habiendo disfrutado de todo ese rato. Mi amigo Álvaro, que es de la zona me dijo: "días como el de hoy hay pocos en ese paraíso", habíamos tenido la gran suerte de pillar uno de esos y poder disfrutarlo.

 

Llegando a Cadaqués