MEDIA MARATÓN DE CALELLA. MI SEGUNDA-

Primero de todo, saludar a todos los Asfixia2 desde mi primera intervención en el blog. Felicitar a Carlos y a Fernan por la iniciativa. Hace dos fines de semana corrí mi segunda media. Me calcé el equipo de gala (la camiseta oficial de Asfixia2), con la esperanza de mejorar el tiempo que hice en la media de Gavá y seguir entrando en esto de la media distancia. Mi objetivo era mejorar la hora 50 y porqué no, bajar de la hora 45. Lo tenía todo preparado, pero en el calentamiento, me di cuenta que a mi podómetro se le habían acabado las pilas. Mala señal... Como no había boyas me propuse seguir la otra camiseta del equipo que corría conmigo. Mi ilusión no duró más de 5 minutos, seguir a Fernan todavía era demasiado ambicioso, pero todo llegará (je, je...). Sobre el kilómetro 5 decidí enchufarme los cascos y hacer mi carrera. Llevo unas semanas con molestias en la rodilla (parece que algo no debí hacer bien tras la operación de menisco del pasado diciembre), pero los primeros 15 km todo fue perfecto. Todo a ritmo constante de 5min/km, como un reloj. Estuve corriendo a ritmo con otro corredor a partir del km 7, y ya me iba haciendo la película de llegar a la meta juntos después de 14 km y felicitarnos. Qué cojones!! A partir del 15km, el tío cambia de ritmo y me deja atrás. ¿Dónde está el espíritu deportivo y el compañerismo? Otra vez solo... pero por poco rato. Sobre el 16 me cruzo con mi rodilla, que me propone acampañarme hasta el final. Mis piernas y mi cabeza no tardaron en aparcer. Para colmo, en el 18, lo único que me evadía de las molestias me abandona: se le acaba la batería al mp3. Está claro que Calella iba a ser la carrera de las pilas!!! Las mías no se acabaron, y conseguí finalmente llegar a la meta. Mi rodilla, mis piernas y mi cabeza cruzaron conmigo. Tiempo final 1:47:50. Mejorado pero con mucho camino por recorrer. Eso sí, con ganas de hacer la próxima. Lo mejor de todo, a parte del entorno, que fue muy agradable para correr, los regalos de la organización. A parte de la consabida camiseta, cuando llegamos a la meta nos obsequiaron, nada más y nada menos con una botella de Mistol y un espray estrella limpiacristales. Ahí es na'!!!! Que se quite el jamón de Olot. Sólo por eso volveré el año que viene. Alejo